7.21.2009

Diez Campeonatos Mundiales (esp)


Pasaron 18 años desde que por primera vez en Buenos Aires se lanzó una pelota al aire en un Campeonato Mundial de Maxibásquetbol. Sólo 8 países se dieron cita: Argentina, Brasil, Uruguay, Guatemala, USA, Finlandia, Estonia y Rusia. Fue el 21 de Agosto de 1991, el mismo día que se firmó la creación de la entidad que hoy maneja los destinos del movimiento.
Cuantas cosas pasaron desde aquel 21 de Agosto hasta haber cumplido la mayoría de edad en Praga. Cuantos desvelos, cuantas horas de sacrificio, cuantas alegrías, cuantos habanos fumados luego de cada inauguración, cuantos amigos cosechados, algunos en la memoria del tiempo, otros a nuestro lado.
En la inauguración del 10° Campeonato Mundial en República Checa, me sorprendí al ver tantos rostros conocidos. Levanté sin que nadie lo advirtiera, ni aún los fotógrafos que no dejaban un instante de descerrajar cliks sobre el palco, mi mirada al cielo plomizo, el que se despejó para nosotros permitiéndonos un desfile sin lluvia, y le guiñé un ojo a los que disfrutaban el paso de treinta y tres banderas y dos mil quinientas personas. Sé que ellos estaban tan sorprendidos como nosotros, tan orgullosos como yo, tan alegres como todos.
Alguien me preguntó los otros días que tal había estado el campeonato: “fue lo que esperaba, ni más ni menos”, le dije. Fue el premio a 18 años de trabajo y sin dudas la culminación de una etapa. Diez mundiales seguidos, miles de personas entendiendo que tienen la oportunidad de seguir jugando basquetbol mientras van creciendo, casi doscientas mil personas siguiendo en vivo los partidos desde cualquier lugar del mundo por Fimba TV, comprendiendo que se puede, que el esfuerzo supera barreras y los logros se obtienen a toda edad, que el mundo es chico para albergar tantos amigos y tan pequeño en distancias que podemos sentir el calor de un abrazo desde miles de kilómetros todos los días. Eso fue lo que volvió a recordarme Praga. La hermosa Praga. La Praga de cuentos y postales, la Praga del decimo campeonato mundial seguido.
Hoy me quedan, en el meñique izquierdo un anillo que me perpetuará esos primeros diez campeonatos y el amor que comparto con mis seres queridos. Esos seres que me regalaron la vida y la familia y aquellos otros, los que me dio el destino y elegí para toda la vida. Estuvieron conmigo prácticamente todos los que amo, y los que no estuvieron, supieron desde el primer momento que iban a estar presentes y lo estuvieron.
Que es lo que recordaré de este campeonato? La mejilla de mi hijo en ese beso orgulloso, no por su regalo sino por su bonhomía, las risas de los que formamos el movimiento desde Eslovenia, Uruguay, Estonia, Finlandia, Argentina, Rusia, USA, Puerto Rico, Guatemala, Brasil, Lituania, Chile…y otros ochenta países, los abrazos de los que me quieren y los quiero, las lágrimas por la pérdida de una vida humana, los rostros toscos luego del esfuerzo, las sonrisas fáciles luego de una victoria, las fotos, los flashes, las anécdotas con el Presidente de República Checa y con los chicos y chicas del Centro de Informaciones, la altura de los organizadores, sus miradas cálidas y confiables con esos ojos oscuros como los latinos, la mezcla de religiones, razas, partidos, colores de piel y de cabellos, de la humanidad resumida en unos cuantos, en los que pudimos estar, los que pudimos disfrutar de un tiempo que no olvidaremos fácilmente. Eso y mucho más es lo que recordaré de Praga.

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